Reflexiones sobre los rojos y los fascistas

Que ha estas alturas todavía haya personas que piensen que existen dos Españas, me parece una solemne tontería. Esto que todos los españolitos de “a pie” lo dábamos por enterrado en el valle de los caídos, no deja de salir una y otra vez a la luz publica por la pesadez de cuatro señores que le quieren sacar rentabilidad a los muertos.

Siguiendo en este sendero, ahora intentan erradicar la religión de la vida española, llegando a rozar en algunos casos el más estrepitoso ridículo. Muestra de ello es la noticia que salta hoy en algunos periódicos sobre la petición del colectivo de juristas: “Asociación preeminencia del Derecho”, de quitar el Cristo de Monteagudo, una enorme figura de un cristo con los brazos abiertos, parecida a la que existe en Río de Janeiro y que hace que Monteagudo sea conocido en toda Murcia y gran parte de España.

No seré yo, ateo convencido, el que le importe la retirada de todo tipo de símbolos religiosos, pero una cosa es retirar un crucifijo de una clase de párvulos y otra, tirar un monumento que da publicidad a una pedanía de la ciudad de Murcia. ¿Qué mal ha podido hacer esta estatua, como tantas y tantas que se están retirando de las avenidas y plazas españolas?. Simplemente recordarles a algunos, que por culpa de los ideales que les dan de comer lucharon padres contra hijos y hermanos contra hermanos.

Lo peor de esto, es que estas personas no han aprendido nada de aquella atrocidad, intentando borrar la historia que no favorece a sus intereses y como todos aquellos que ignoran su historia, cometen una y otra vez los mismos errores que llevaron a las dos Españas y a aquella aberración que fue la Guerra civil española.

Paisanos, no dejéis que os cuenten una historia sesgada como intenta aquellos que se autoproclaman demócratas y que igual que hicieron los fascistas del pasado, intentan imponer su verdad sobre la del resto, aunque esta verdad será solo un engaño adornado para favorecer sus intereses frente al de la mayoría.

Si, a un estado laico, donde se respete la libertad religiosa de todo el mundo. Si, a un estado donde se respete la memoria histórica de todos. Si, un estado donde todo el mundo pueda opinar sin miedo a que haya alguien que tache sus ideas con uno u otro adjetivo despectivo y donde todos podamos convivir en paz construyendo nuestro futuro sin destruir nuestro pasado.